Es una alteración del ser humano a nivel cerebral que se caracteriza por limitaciones en la adquisición tanto a nivel intelectual como a nivel de habilidades adaptativas.
A las personas con discapacidad intelectual les cuesta más que a los demás aprender, comprender y comunicarse.
Todo ello supone una mayor dificultad para comprender y adaptarse al entorno que les rodea, de tal forma que un trabajo en las habilidades adaptativas es primordial ya desde las edades tempranas.
Se define la conducta adaptativa como la ejecución de las actividades de cada día que se requieren para valerse en la actividad personal y social; o bien, como la eficiencia con la que un individuo afronta las exigencias naturales y sociales en su ambiente.
El problema en la discapacidad intelectual en relación con las habilidades adaptativas viene cuando hay una dificultad en la adquisición de dichas habilidades o bien en la utilización de esas habilidades en el desempeño cotidiano, es por ello que un trabajo diario en la utilización de dichos recursos en forma de actividades de autonomía es esencial para una normalización y adaptación, lo cual favorecerá la independencia individual y social, algo realmente importante para un desarrollo vital pleno.